Por la calle del Pozo
ya viene la negra,
por la calle del Pozo
a buscar agua fresca.
La negra Catana,
la negra más linda,
a quien todas las negras
y más de una blanca
le tienen envidia.
Hay que ver en sus ojos
la luz cómo brilla,
su cuerpo de junco
cuando ella camina.
Su vegetal cintura
la gaita cenceña
la lata del agua
¡cómo la quiebra!
Los ardientes bogas
dicen cuando pasa
palabras tremendas:
- Compadre, mírale el pie
¡cómo arrastra la chancleta!
- ¡Cómo levanta el talón!
- ¡Los pechos cómo le tiemblan!
-¡Repare en el movimiento
de bullerengue que lleva!
- ¡Ay, negra, yo así me caso
corriendo, por la iglesia!
- ¡Me llamo Quico Covilla,
me tienes el corazón
hecho un tiesto de cocina!
La negra catana
sonríe con su risa
de cascabel de plata
que tanto le envidian.